
Pintora,
actriz y poeta nacida en León en 1932. Es miembro fundador
de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua (UNAN- León), 1969, en donde realizó
estudios de Artes Plásticas.
En
1980, protagonizó la película "La Insurrección", dirigida
por el cineasta alemán Peter Liliental, película que ha sido
traducida a siete idiomas.
Actuó también en 1982 en la telenovela y fotonovela "Por el mismo camino", dirigida por el cineasta cubano Jesús Cabrera.
Por su contribución al campo de la actuación, fue galardonada en 1995 con el Güegüense de Oro.
Actuó también en 1982 en la telenovela y fotonovela "Por el mismo camino", dirigida por el cineasta cubano Jesús Cabrera.
Por su contribución al campo de la actuación, fue galardonada en 1995 con el Güegüense de Oro.
Se desempeñó como subdirectora de la Escuela Nacional de Artes Plásticas "Rodrigo Peñalba", entre 1995 y 1997.
Cuando en 2003 la Asociación Nicaragüense de Escritoras (ANIDE) convocó a la primera edición del Concurso Nacional de Poesía Escrita por Mujeres “Mariana Sansón”, el poemario enviado por Centeno “Vertical en el silencio” resultó ganador de la I Mención de Honor. Con este poemario, se inauguraba la autora en el mundo de la poesía. Inédita hasta ese momento, sólo era reconocido su trabajo como actriz y pintora.
Aquí,
vertical en el silencio hecha una copa de besos me tomarás. En tus manos, mi cristal derretido recorrerá los caminos de tu piel siempre mía hasta fundirme bajo la luz desnuda de una luna llena. |
II
busqué los ojos del día; solo había una mancha gris, mis dedos temblaron al tocar su frente. En los caminos de su cráneo la sangre empezaba a caminar. |
III
hay dos distancias que el ojo no descifra. La naturaleza confidente de su creador conoce los misterios. ¿Acaso todo comienza donde termina? |
IV
¿Quién
llama gritándome?Sólo exclama:
¡Soy tu soledad
en la otra orilla del silencio!
¿Será la muerte despierta
llamándome?
XII
En el rostro cansado de la piedra
busqué los ojos del día;
sólo había una mancha gris,
mis dedos temblaron
al tocar su frente.
En los caminos de su cráneo
la sangre empezaba a caminar.